La tecnología por si misma, no es mala, es muestra de la gran capacidad humana para descubrir, innovar, crear e intentar llevar comodidad a la vida común. Sin embargo, el uso que le demos a dicha tecnología es realmente el punto a abordar. Es indispensable que hagamos una revisión seria del uso o abuso que le damos a los aparatos tecnológicos.
Cuando este uso nos vuelve esclavos, cuando en nuestros niños y jóvenes se convierte en adicción, sustituyendo las carencias afectivas y de tiempo que tienen, porque a su vez, los padres están trabajando y también metidos en sus propios teléfonos inteligentes, siendo indiferentes de lo que sucede con el otro. Entonces ahí es donde debemos reflexionar e intentar hacer un uso moderado de la tecnología.
Es importante limitar el tiempo del uso de los aparatos digitales desde que los niños son muy pequeños. Educar con el ejemplo y responsabilidad que implica el uso de los mismos, ofrecer alternativas de entretenimiento en familia, mostrar interés en los gustos e inquietudes de los niños y jóvenes, acercarlos a la lectura, juegos de mesa, dibujo, modelado con masas o plastilina, arreglo de la casa, preparación de alimentos, etc.
Usemos a favor nuestro a la tecnología, dejemos de deshumanizarnos y hagamos un uso más responsable de nuestros avances tecnológicos. Seamos menos esclavos y ayudemos a formar seres humanos más libres.